Introducción:

Venezuela, es un pais tropical, signatario del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), que cuenta con diversas áreas boscosas (45% de su superficie territorial)  Alrededor de 400 especies forestales tienen potencial para satisfacer las necesidades del mercado interno y aquel de exportación, sin embargo, por el peso significativo de nuestra economía basada en la industria petrolera; esta potencialidad forestal no ha sido, aun aprovechada. Para lograrlo, se requieren cambios estructurales y entre ellos, el aprovechamiento, transformación y utilización de los productos maderables que puede contribuir significativamente al aumento del Producto Interno Bruto (PIB).

Objetivo:

Lograr la sostenibilidad, sustentabilidad y protección de los bosques tropicales, y  asegurar una fuente sostenida de recursos económicos, dirigida a la preservación de los recursos naturales, existentes en los bosques y selvas de la Nacion Venezolana.

Medios:

La implementación de proyectos de restauración ecológica, establecimiento de viveros, actividades de ecoturismo, aprovechamiento integral de los recursos forestales maderables y no maderables, con una visión de manejo de uso multiple del bosque, a través de técnicas impacto reducido, deben involucrar a los seres humanos que conviven en el entorno del bosque y sus áreas circunvecinas. 

La prosperidad de los bosques, depende en gran medida del desarrollo  económico, ambiental y social, con el que cuenten las comunidades aledañas. El desarrollo endógeno, propicia que cada integrante de una comunidad o pueblo, se convierta en un vigilante y protector del bosque, porque entiende que de ello, depende su propia supervivencia. 

Generar el mayor valor agregado al bosque natural, mediante la transformación de los recursos forestales maderables del Estado Venezolano, de manera integral, vertical y horizontal, nos ofrece la posibilidad de ser actores de relieve, implementando medidas de mitigación, protección y adaptación para enfrentar los desastrosos efectos del cambio climático (sequías, inundaciones y perdida de cultivos), consecuencia del uso de los combustibles fósiles y del efecto invernadero.